Hermandad de la Sagrada Cena

Sevilla

Historia de la Hermandad

Los orígenes de la Hermandad de la Sagrada Cena se remontan al siglo XVI,    siendo sus primeras Reglas conocidas las del 14 de Diciembre de 1580, estando establecida en la Parroquia del Omnium Sanctorum en el barrio de la Feria. Igualmente también hay historiadores que sitúan a la  corporación en la parroquia de San Nicolás de Bari, en el barrio de la Judería, pues en el citado templo se daba culto a Nuestra Señora del Subterráneo, datando la fecha de 1587 como en la que se convirtió en Hermandad.

Sobre la unión con la Hermandad del Cristo Humillado hay varias teorías, sobresaliendo la del historiador Celestino López Martín, que según los legajos encontrados en el Archivo de Protocolos, la Hermandad de la  Sagrada cena y del Cristo Humillado elevan documento público de dicha fusión el 16 de Marzo de 1591. Con lo que este documento concreta y asegura en esta fecha como las de la creación de la Cofradía que hoy conocemos.

Otras de las teorías señalan al año 1613 para que la corporación mariana se uniera a la Cofradía del Cristo Humillado que residía en el Hospital de San Lázaro, pasando en 1621 a la Iglesia de San Basilio, donde si está atestiguado que la Hermandad de la Esperanza Macarena tuvo que salir agregada al cortejo procesional del Cristo Humillado, al carecer la Hermandad macarena de carta de Cofradía.




Entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX la vida de la Hermandad sufrió numerosos avatares y traslados, destacando su paso por las Iglesias de San Basilio, donde llegó a tener capilla propia, San Gil, el Convento de Belén en la Alameda de Hércules, de nuevo en San Basilio y la Iglesia Parroquial de San Vicente. Buena muestra de los referidos avatares que sufrió la Hermandad es que 1790 se le aprueban nuevas Reglas, pero sin nazarenos.

No fue hasta el año 1830 cuando volvió a procesionar, tras 62 años sin haber podido hacerlo.

En 1868 la Hermandad vuelve a sufrir el expolio de sus enseres a causa de la Desamortización de Mendizábal, refugiándose en el templo de San Vicente, donde sus cofrades vuelven a solicitar a la autoridad eclesiástica la aprobación de unas reglas nuevas, lo cual tiene lugar en 1876. Cuatro años después la Cofradía vuelve a la calle Feria, fijando su residencia en la Parroquia de Omnium Sanctorum, recuperando el esplendor de años atrás.

Pero de nuevo los acontecimientos externos vuelven a golpear a la     Hermandad. En esta ocasión los años convulsos de la II República (1930-1936) y la Guerra Civil (1936-1939). Durante los años previos a la contienda civil, la inestabilidad política y social obligó a los cofrades a no realizar la Estación de Penitencia en los años 1932 y 1933. Y como medidas preventivas de seguridad se llegaron a resguardar las imágenes titulares en casas particulares y almacenes de los propios hermanos para salvaguardarlas de los ataques de los milicianos anarquistas a diversos templos sevillanos.


El culmen de esta situación se produjo el 18 de Julio de 1936 con la quema de la Parroquia de Omnium Sanctorum por los milicianos en respuesta a la sublevación militar que daría paso a la Guerra Civil. Gracias a numerosos hermanos y en especial al capiller parroquial, se pudieron proteger las imágenes titulares y diversos enseres procesionales que fueron sacándose de las dependencias parroquiales en los días y horas previas al vil incendio.

Desgraciadamente no se pudieron salvar enseres como el paso del Cristo de la Humildad y Paciencia, el apostolado de la Sagrada Cena y la inmensa mayoría del archivo de la Hermandad.

La Hermandad, tras quedar la Parroquia totalmente asolada por el fuego, se traslada a la Iglesia de Los Terceros, de la Comunidad Calasancia, donde permanecerá hasta 1958.

En esta primera etapa en Los Terceros hay que destacar la concesión en   1955 del título de Hermandad Sacramental por el Cardenal Segura y el hecho histórico acaecido el 22 de Febrero de 1948, día en el que se celebró la Función Principal de Instituto y se realizó por primera vez en la proclamación de la Realeza de la Virgen María, constituyendo a nuestra corporación como promotora y pionera en la petición de que la Realeza de María fuera declarada como Verdad Fundamental de la Iglesia Católica, lo que sucedió en Roma en 1954 por S. S. Pio XII, el cual bendijo personalmente la primera bandera de la Realeza del orbe mundial, que llevara el oficial de la Junta, D. Miguel Román, participando de la peregrinación de las cofradías sevillanas al Vaticano para tal acontecimiento.

En 1958, por desavenencias con los Padres Escolapios, la Hermandad abandona Los Terceros y fija su residencia en la Iglesia de la Misericordia, de la Orden de San Juan de Dios donde permanecería quince años. En los mismos sobresale la participación de la corporación en Enero de 1965 en la Santa Misión organizada por el Arzobispado para fomentar la devoción en los nuevos barrios que se iban construyendo en la nueva Sevilla de mitad de siglo XX. En nuestro caso, la Virgen del Subterráneo se trasladó al Colegio Portaceli en Nervión y el Cristo de la Humildad y Paciencia a la barriada de Madre de Dios.


   

En 1973, y en virtud de que los Escolapios se mudaban a las afueras de la Ciudad y por tanto abandonaban Los Terceros, la Hermandad solicitó al Cardenal Bueno Monreal la cesión de la Iglesia lo cual concedió, convirtiéndose de esta forma en su sede canónica hasta nuestros días, no abandonando la misma salvo en el año 1988 para realizar la estación de penitencia desde Santa Catalina por las obras en la techumbre de la Iglesia.



Este hito histórico ha significado el asentamiento definitivo de la Cofradía en el barrio de Santa Catalina suponiendo un continuo crecimiento de la corporación, tanto en patrimonio como en vida de hermandad.

Buena muestra de ello ha sido la recuperación en 1974 del paso procesional del Cristo de la Humildad y Paciencia para el cortejo del Domingo de Ramos, tras casi cuarenta años sin poder formar parte de la estación de penitencia (la última fue el Lunes Santo de 1937, - al no poder posesionar el Domingo de Ramos por lluvia - en el paso de San José de Calasanz).

Para encontrar los primeros datos de la Hermandad relacionados con la Festividad del Corpus, tenemos que remontarnos al siglo XIX, concretamente a 1860, fecha en la cual el Misterio de la Sagrada Cena sale para formar parte de la procesión del Corpus Christi, según apunta el historiador Juan Carrero Rodríguez, “a peición del entonces alcalde de la ciudad D. Juan José García de Vinuesa”. 

Posteriormente, el misterio volvería a formar parte de la procesión eucarística el 19 de junio de 1919, en este caso a petición del Teniente de Alcalde José Mª Tasara González. Se da la curiosa circunstancia, de que aquel año también formó parte de la procesión Nuestra Señora de la Encarnación, en la actualidad titular gloriosa de nuestra Hermandad.

El año 1970 significó el punto de partida del protagonismo de la Hermandad en la festividad del Corpus Christi, pues la Junta de Gobierno decidió instalar un altar al paso de la procesión del Corpus que estaría presidido por el Señor de la Sagrada Cena en el paso procesional del Cristo de la Humildad y Paciencia. Una estampa ya tradicional en las mañanas y mediodías del Jueves Eucarístico por antonomasia, con el traslado al alba hacia el Palacio Arzobispal, donde se ubica el altar, y en su regreso glorioso a Los Terceros, nada más que finaliza la procesión catedralicia.

Reseñar que en los años 1991, 1993, 2005, 2011 y 2013 el paso que presidió de forma extraordinaria el altar fue el Misterio de la Sagrada Cena, al conmemorarse diversas efemérides.

Otro momento trascendental acaecería en el año 1995 con la “fusión” con la Hermandad de la Esclavitud de Nuestras Señora de Encarnación, corporación de gloria que residía en Los Terceros y que estaba casi extinguida y sin vida aparente. El Arzobispado decretó en 1997 la extinción de la cofradía de gloria, otorgándole a la Hermandad de la Sagrada Cena la titularidad de la Imagen mariana y sus dependencias en el templo, que trece años más tardes se convertirían en la nueva casa de hermandad.

En este siglo XXI la Hermandad ha continuado viviendo acontecimientos históricos, comenzando el mismo año 2000 con la incorporación de las hermanas al cortejo procesional como nazarenas tras ser aprobado por el Cabildo General Extraordinario de hermanos, igualándose así los derechos entre hermanos y hermanas.

El 7 de Octubre de 2004, con motivo del L Aniversario de la Proclamación de la Realeza de María la Virgen del Subterráneo presidió el altar del Jubileo de la Santa Iglesia Catedral en su paso de palio para la celebración de la Solemne Misa Estacional y posterior regreso en procesión de gloria hasta Los Terceros, tras recibir la ofrenda florar de la Corporación municipal a la puerta del Ayuntamiento.

Con motivo de este aniversario el Cardenal de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo, concedió a la Santísima Virgen el título de Reina de Cielos y Tierra.

La Sagrada Titular de Gloría, Nuestra Señora de la Encarnación, volvió a ser protagonista principal el 8 de Octubre del 2006 con su primera salida procesional formando parte de la Hermandad y tras su última salida en el Corpus extraordinario de 1927, recuperando así una advocación gloriosa de la Virgen para Sevilla.

El último de los grandes hitos fue la elección del Cristo de la Humildad y Paciencia como la imagen que presidiera el Vía Crucis de las Hermandades y Cofradías de Sevilla en la S. I. Catedral el primer lunes de Cuaresma. Este acto piadoso tuvo lugar el 23 de Febrero de 2015 alcanzándose momentos inolvidables en lo espiritual y cofrade, tanto para los devotos sevillanos como los hermanos de la Hermandad.

Pero no sólo el crecimiento de la Hermandad se ha constatado en lo patrimonial o histórico, la vida de hermandad se ha acrecentado de una forma insospechada para aquellos pioneros del siglo XVI o incluso para nuestros mayores del siglo pasado.

Acontecimientos como la creación del Grupo Joven en 1976, la conversión de las cuadrillas de costaleros profesionales en cuadrillas de hermanos, entre los años 1980 y 1983, o la Escuela de Saetas en 1991, la participación en los Encuentros Nacionales de Hermandades de la Sagrada Cena o Subterráneo, celebrados en nuestra ciudad en los años 1992 y 2004 respectivamente, marcan el crecimiento de la Hermandad tanto interna como externamente.